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¡Folgarolas es una empresa responsable líder en el sector!

Aquí hay algunas pautas que hemos seguido:

Una empresa sostenible es aquella que tiene en cuenta los aspectos ambientales y sociales, así como los económicos, para crear valor a corto y largo plazo. Así, contribuye al progreso de las generaciones presentes y futuras, y a la creación de bienestar sin dejar de progresar.

Los objetivos de desarrollo sostenible de una empresa sostenible deben basarse en la responsabilidad social empresarial. Es decir, ya no se acepta que una entidad sólo busque generar beneficios, sino que cada vez más consumidores y clientes exigen un compromiso con el planeta y una contribución al desarrollo sostenible. Es una integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y ambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus socios.

Las empresas socialmente responsables han ido evolucionando como lo ha hecho el mundo, es decir, se adaptan a las necesidades cambiantes del entorno. Al mismo tiempo, combinan su actuación sostenible con la estrategia empresarial, convirtiendo esta última en algo que va más allá del cumplimiento de las obligaciones legales, fiscales o laborales. En la toma de decisiones se tienen en cuenta todos los aspectos que puedan afectar a las generaciones presentes y futuras, sensibilizando así a las empresas sobre la sostenibilidad del planeta.

El desarrollo sostenible en las empresas

¿Qué es el crecimiento sostenible de una empresa? Al objetivo final de rentabilidad económica del negocio, a largo y medio plazo, se suman los conceptos de riesgo y de oportunidad, asociados a las necesidades de la sociedad. Al tener en cuenta todos los aspectos, se consigue un desarrollo sostenible en el que priman tanto el bienestar individual como el colectivo.

Así, se determina si los países están “desarrollados” o “en vías de desarrollo”, por ejemplo. En esta determinación, las empresas juegan un papel fundamental, ya que son el pilar fundamental del mundo. Su actitud marca el progreso del mundo.

El compromiso de las empresas influye en los procesos de toma de decisiones en todos los niveles de la sociedad. Si los grandes empresarios tienen en cuenta el bienestar de todos los agentes implicados en sus actividades, así lo harán muchos otros organismos que también marcan el desarrollo del planeta.

Tradicionalmente, convencer a las empresas de la importancia de ser sostenibles ha sido difícil porque lo consideraban un gasto sin retorno. Sin embargo, con el tiempo, la gestión ambiental sostenible se ha traducido en un impacto financiero positivo. Por lo tanto, las compañías han identificado la oportunidad de generar valor y se han implicado más en el proceso, impulsadas por los beneficios de ser una empresa sostenible.

¿Cómo ser una empresa sostenible?

Controlar el consumo energético

Promover hábitos que reduzcan el consumo energético en el trabajo supone un gran ahorro. Por ejemplo, apagar equipos que no se utilicen, fijar la temperatura de la climatización en el nivel adecuado, apagar las luces y aprovechar la luz solar, etc.

Ahorrar papel

Dejar de imprimir sin pensar y promover los formatos digitales supone una gran reducción que ayuda a frenar problemas como la deforestación o el cambio climático.

Reciclar

En las empresas se genera gran cantidad de residuos, por lo que gestionarlos correctamente es un buen paso hacia la sostenibilidad. La regla de las 3R debe estar presente en toda compañía.

Educación y formación ambiental

Educar a los trabajadores crea conciencia, que les lleva a respetar estos puntos y aplicarlos.

Proveedores sostenibles

Elegir proveedores con compromiso ambiental y, preferiblemente, locales o de proximidad es un pequeño gesto con gran repercusión.

Medios de transporte sostenibles

Tener vehículos híbridos o eléctricos, fomentar el transporte colectivo de trabajadores, el uso de transporte público, la bicicleta o los desplazamientos a pie son acciones para reducir el impacto ambiental del transporte.

Aplicar el ecodiseño

El ecodiseño es diseñar productos desde un punto de vista ambiental, teniendo en cuenta todo el proceso productivo, desde su creación hasta el final de su vida útil.

Fomentar la sostenibilidad entre los clientes

Realizar campañas que premien los actos sostenibles de los clientes es una buena manera de fomentar la responsabilidad ambiental y educar a los clientes.

Colaborar con acciones sociales

Además de todo lo que se puede hacer dentro de la empresa, también se puede ir más allá y colaborar con entidades que se preocupen por el medioambiente.

Reducir la huella ambiental

Midiendo el impacto de las empresas que, por su propia actividad, perjudican al medioambiente, permite planear acciones de minimización y ser más sostenibles.